NSE D-E ¿Qué rayos significa?

05/12/2008

Pertenecer al Nivel Socio-Económico D o E es un eufemismo común para decir que alguien es pobre, muy utilizado por encuestadoras, investigadores sociales, gerentes y señoras respingadas. Pues imagine este eufemismo así:

nse1El nivel Socio-Económico D, según el estudio de niveles socio-económicos Perú 2007 de APOYO, está compuesto de familias cuyo padre es obrero, comerciante o transportista generalmente. Terminó con alegría y dificultad la secundaria (48%) y a sus 47 años, tienen una casa modesta fruto de alguna invasión pasada. Es de material noble, con pisos de cemento, sin acabados y dos personas ocupan cada habitación. El señor ya tiene agua de la red pública y su señora cocina a gas, aunque algunas lo hacen a leña aún. Tienen un perrito, pero no microondas, ni terma… timbre tampoco. Celular antes que fijo y la mitad cuenta con refrigerador. Esa familia que usted imagina, destina 54% de sus 850 mensuales a comer  y dicen que para vivir necesitarían 1200 soles. Lima está compuesta en 28% por ellas, y son 24% de nuestro país.

Ahora dé un paso más allá. Imagine un padre de familia vendedor ambulante, obrero eventual o comerciante con puesto, si lo imagina con suerte. Estará comenzando a pensar en una familia de nivel Socio-Económico E. Si es de Lima, puede que le cueste más imaginar el panorama completo: Sólo el 10% de nuestra ciudad «es E», versus 40% de nuestro país. Sienta ya, querido lector, la diferencia de estar en Lima. Este ambulante  nunca acabó el colegio; de hecho, sólo 21% pasó quinto de secundaria. Imagine usted ahora las casas de esteras (cuando más paupérrimas) o de triplay, con pisos de tierra y techos de calamina. Sus hijos, 3 o más, usan letrinas o silos y al 60% el agua les llega fuera de la red pública. Sin embargo, un tercio tiene celular, herramienta de trabajo. La familia que tiene en la mente gasta 360 de los 600 soles que tiene como ingreso en comida.

Si ha logrado empatar sus imágenes mentales  con la adecuada descripción, deseo proveerle un dato más: Una «familia E» invierte 43 soles promedio en educación; una D 66 soles; una C 169 más del doble; una B 659 más del 3.5 veces. Una familia A invierte 1517 soles mensuales promedio en educación. Entre un extremo y otro, más de 35 veces de diferencia, sin ajustar siquiera por calidad.

De estas familias, como usted, he conocido y visto varias en mi vida. Cuando al comienzo de la semana tuve en mi poder el último informe de opinión de una conocida encuestadora,  me di con varias sorpresas, una de ellas motivó este artículo:

Al ser preguntado si está de acuerdo o en desacuerdo con que se decreten feriados largos por el APEC, 72% de nuestros padres y madres E, aquellos sin agua y techos de calamina respondieron que estaban en desacuerdo. De hecho, 83% de estas personas trabajaron como si fuera cualquier día. El 60% del NSE D afirmó estar en desacuerdo también siendo que el 73% trabajó igual que siempre.  

Pasada ya la resaca del APEC, con nuestras pistas aún rotas, quería ayudar a su reflexión querido lector, comentándole que la condición para aprovechar a nuestros colegas miembros del APEC, nuestros TLC’s, nuestro comercio, pisco, mango y ceviche depende de la competitividad de nuestro país. Para ser más competitivos, nuestros paisanos menos afortunados tienen que mejorar. Espero haber ayudado a que los tenga presente, porque entre la oficina y  la universidad, a veces nos olvidamos de los demás. Peor aún, de quienes no vemos ni conocemos.